¿A quién buscamos?
Cuando decimos que el nivel académico es deficiente, hablamos de una educación que no vincula diversas disciplinas, con lagunas de conocimientos, sin relación entre estos y las observaciones, entre la teoría y la práctica.
Nos referimos a la desmotivación: aburrimiento, ausentismo, una curiosidad insatisfecha, que se olvida; pensamos en la bibliografía, en las tareas que nunca se revisan, el material didáctico ausente o inutilizado, exámenes que no representan lo aprendido, en las formas de evaluación, en planes y programas de estudio.
Buscamos un profesor al que le guste enseñar y un alumno al que le guste aprender y sentar las condiciones para esto. Al promover al maestro la oportunidad de aprovechar todas sus oportunidades y prestar atención individual al estudiante.
Para que no encuentre rutinaria y tediosa su labor, el docente deberá renovarse en conocimientos y tener un buen acceso a actividades complementarias -preparación de textos, talleres de actualización, acercamiento a la investigación, trabajo conjunto en la elaboración de nuevos planes de estudio-. Además, es importante que el alumno intervenga en su educación: decir cuanto aprende, demandar aprender, aprender de acuerdo a una época y un país, ejercer el derecho a las herramientas para defenderse como individuos y como generación.
Queremos un acceso democrático al aprendizaje: estudiantes de tiempo completo, difusión cultural, ecuación plural.
Buscamos universitarios con pasión por el saber, creativos, críticos, con imaginación, solidarios, que permanentemente aprendan; una sociedad de científicos que favorezcan la industria nacional, de humanistas que fomenten la cultura mexicana, de una cotidianeidad que combata la ignorancia en pos de una vida mas digna.
Para ello, resultan imprescindibles condiciones materiales de estudio y enseñanza de buena calidad. Para integrar conocimientos a nuestra experiencia, no nos sirven la memoria ni los trabajos fusilados, ni las verdades automáticas, ni la repetición de pasos, leyes, fenómenos o fórmulas.
Aprende el método científico quién lo ejerce, conoce bien las fórmulas quién las deduce, recuerda bien quien se divierte.
Y bien:
“Hoy es el mañana que ayer esperabas”